Ya probé prácticamente todo, lo que creí que era la felicidad, lo vacío, lo conmovedor, lo imposible, lo mejor, lo superficial, lo más profundo, las mentiras, la realidad, la soledad, y entre tanto encontré el amor. Y aunque todo terminó tengo lleno el cuerpo, la mente, el sentimiento, el alma, la vida, la historia, los sentidos, de su mirada, de un ayer, de ella. Me temo que ni su dios sabe cuánta falta me hace la nostalgia de su mirada. En mi el amar va más allá de lo que suele ser común y normal.

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