que llega a volverse cascada
sobre tu hermoso rostro,
incesante abriéndote camino
con yedra trepadora en tus ojos
para llegar hasta mi corazón.
Como la esencia de una brisa,
como una lagrima de lluvia,
silenciosa, callada y furtiva,
sembrando los amaneceres,
llenando de colores con tu belleza
los prados del amor no encontrado.
Se me iba escurriendo la vida
por los surcos de las sendas,
donde el viento levemente camina,
deslizándose por las veredas,
pasando sin razón el tiempo
como suspiro de una primavera.
Ahora las mañanas me sorprenden
teniéndote en mis pensamientos,
y cuando van llegando las noches
te apoderas de todos mis sueños,
quizás solo seas una vana ilusión
pero late mi corazón que es tuyo.
Fer Ferrer
Poeta y novelista
Poema Registrado
No hay comentarios:
Publicar un comentario