Sé que aún piensas en mí, pienso que podrías ser, pero estamos bien así. Tú me quieres tanto como a tu vanidad, somos tan iguales que no encajas en la soberbia realidad, contigo no llegaría jamás a ser yo, sólo sería la parte frágil de tu ideal, estaría en tus brazos pero sin razón. Sabemos que lo nuestro será por mi confusión, tu ambición, la desesperación, el momento y los miedos, pero lejos estamos de un amor. Es cierto que tu cuerpo es un deseo, pero tu corazón ya es un desierto, en el moriría de soledad y sed, no soportaría mucho tiempo tu aridez, terminaría más seco que cuando te acepté. Aún así me gusta tu compañía y adoro tus noches de locura, las excursiones de ocasión y las palabras llenas de razón, nuestra aventura y aquella sensación de pasión, tu coraje en los besos y la resignación en las manos. Tú y yo sólo fuimos dos idiotas con ganas de complicar lo que ya no tiene solución.

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