Hoy soy solo un mendigo de cariño cuando algo más pude haber tenido, me he rendido y silenciado el sentimiento en mi corazón, que lástima me da mi situación, me auto compadezco al mirarme tan lánguido, tan febril, tan arrodillado a tu desquiciada voluntad. ¿Acaso habrá agonía más profunda y más absurda que el sufrir cuando a uno ni siquiera se le pide que sufra?

No hay comentarios:
Publicar un comentario