Te has marchado y me he quedado gritando tu nombre en silencio, aferrándome solo a tu recuerdo, deseando morir de impaciencia, y tú, tan lejana como el horizonte y tan cerca de mis sueños, por eso me quedó aquí, con este amor que se niega a morir, con este dolor que me destroza por dentro.

No hay comentarios:
Publicar un comentario