Cuando mueres, dejas tres cosas en este mundo: lo que le enseñaste a otros, lo que hiciste con tus manos y el amor que diste. Así que aprende, no dejes de aprender, para que enseñes con sabiduría y valores para que perdure por el tiempo; trabaja con tesón y déjale al mundo cosas de gran belleza. Y ama, sin pedir nada a cambio a la gente de tu alrededor, porque la luz y el amor sanan y dan felicidad.

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