Me
acomodo y me envuelvo más todavía en la sábana mientras miro tu sonrisa
y tus ojos chispeantes de malicia por lo que vienes diciendo y no puedo
evitar que se haga un nudo en mi garganta, porque a mi mente sólo viene
una idea y es que esta escena pronto dejará de suceder, hablas y
sonríes y ya no te escucho, la dolorosa idea martilla mi mente…

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