Mi voz habla en voz alta (solo algunas veces), y la tuya habla en lo más silencioso de tu alma. Allí nos encontramos. Allí donde muere tu silencio y nace mi palabra. Allí donde tu ruido se disipa y a mí me nace un verso. Donde calla mi silencio para escuchar lo que cuenta tu mirada mientras lees estas palabras.
Amanecen cuando abres los párpados y se quedan mecidas en una estrella de tu firmamento cuando los cierras. Y suspiras, y luego lo exhalas, y a mí me invade la fragancia a vuelo libre que trae el aire. Y ese dialogo, tan tuyo y mío, se convierte en una sola voz que se habla y se escucha a sí misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario