Sentado en la barra de un bar inmerso en mis pensamientos
el local vacio, música suave de jazz de fondo y mi copa vacía
de repente una voz dulce despierta mi mente y elevo la vista
y ahí está ella ofreciéndose para servirme una nueva bebida
me quedo sin decir nada sumergido en su hermosa mirada
en esos ojos grandes y azules como el cielo más despejado.
Balbuceo con mis pulsaciones aceleradas y la voy recorriendo
suelta una carcajada que me enrojece y hace sentir estúpido
risa cautivadora que me envuelve con la sensualidad de su boca
dientes blancos y perfectos, labios gruesos piden ser mordidos
melena dorada y ondulada cae sobre sus hombros perfectos
se da la vuelta y observo detenidamente sus largas piernas.
Toma un taburete y se sienta frente a mí dispuesta a conversar
pasan las horas, el local sigue vacío y yo cada vez más atraído
su acento desconocido va endulzando poco a poco mi Alma
llega la hora del cierre y me invita a salir juntos a otro lugar
toma mi mano, entrelaza sus dedos en los míos y caminamos
esta noche es especialmente bella llevo a un ángel conmigo.
Quiero besarla, no quiero romper la magia de este momento
mis labios hablan por mi sin yo quererlo y la beso en la mejilla
ella me responde con su eterna sonrisa y sus cálidos labios
llena de ternura busca mi mirada y besa dulcemente mi boca
mi corazón se para dejando de latir para escuchar latir el suyo
su boca se abre y la mía responde sintiendo su cálido aliento .
Con picara sonrisa toma mi mano y tira de mi arrastrándome
sin saber adónde me lleva pero la seguiría hasta el fin del mundo
llegamos hasta un portal lo abre entramos y tomamos el ascensor
nos enredamos pero esta vez es diferente noto su excitación
sus manos se deslizan por mi cuerpo miro sus ojos centelleantes
nos besamos con pasión como nunca antes a nadie había besado.
Intenta abrir la puerta de su casa con las manos temblorosas
siento que también esta excitada entramos y se desata la pasión
sus manos, su boca, todo su cuerpo me busca en la penumbra
se detiene y en sus ojos veo que me desea tanto como yo a ella
ahora son mis manos las que buscan los trazos de su lindo cuerpo
sus húmedos labios, su lujuria, su pasión, la busco a ella a mi musa.
Me da la espalda, se desliza contoneando suavemente sus caderas
se detiene, gira su cabeza y me mira fijamente siempre con su sonrisa
con ese brillo en sus ojos, sigo sus pasos y tras ella va dejando su olor
me excita su juego, sus movimientos al andar, como me va llevando
entramos en el lugar donde sueña y que ahora es el de mi sueños
vuelve a buscarme, busca mis labios, me besa me muerde mi boca.
Le gusta jugar conmigo y eso sabe que me excita cada vez más y más
coge mis manos y las desliza por su cuerpo llevándolas hasta sus senos
ahora desnudos sin nada que esconder, son pequeños y muy suaves
los acaricio tornándose duros sus pezones, desde que la vi deseo amarla
ella me guía, sus gemidos, sus gestos, me indican los pasos a seguir
bajo por su cuerpo me detengo y beso el lugar donde comenzó su vida.
Sigo bajando de rodillas ante ella la miro adorando todo su cuerpo
mis manos se deslizan entre sus piernas, con suavidad y delicadeza
abre sus piernas despacio como una flor abre sus pétalos al sol
ahora siento el calor de su sexo, la humedad que desprende me excita
acerco mi boca y mis labios besan el objeto de mi ansiado deseo
se tumba en la cama esperando todo mi cuerpo para que la haga mía.
Eleva sus piernas y me rodea con ellas, comienza a mover sus caderas
todo su cuerpo se estremece ante las caricias que le dedica mi boca
voy acariciando sus suaves muslos apoyados sobre mis hombros
su monte ahora arde en llamas con un fuego imposible de controlar
mis manos en sus caderas y mi boca lasciva apretada contra ella
sube su excitación un grito ahogado y el silencio en esa noche de magia.
Fer Ferrer
