Nunca
te he necesitado, porque antes de que invadieras mi vida yo era feliz a
mi manera. Duele sobrevivir sin ti, pero sé que si pienso en que he
tenido más tormentas que calma contigo, es mejor jugar a olvidarte y
seguir mi vida. Has sido orgullosa y terca hasta reventar, siempre
diciendo que tu sabias lo que hacías, que no era el momento. Todo lo que
he tenido de ti han sido algunos besos que ahora
se pudren en mis labios, caricias que se van marchitando, orgasmos que
me saben a poco. Te he querido libre, valiente y arriesgada como te
conocí, como me enamoraste. Dicen que cuando uno ama de verdad el resto
no importa, y a ti siempre todo y todos te han importado más que yo. La
tristeza se ha vuelto costumbre, entre tanta miseria, entre tanto
esperar, mi corazón está ahora a medio latir.
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