Al fin llego el día de encontrarnos, te he soñado mil veces, en un sueño en el que siempre estamos los dos solos, nos hemos dicho tantas cosas hermosas, hemos compartido el deseo del uno por el otro que no puedo ni imaginar que ocurrirá en este día, quizás sobre todas las palabras, seguramente huiremos de todo y de todos para buscar un lugar donde entregarnos a la pasión que nos viene azotando desde hace tiempo.
Ahí estamos los dos, nuestros ojos con miradas lascivas recorren el cuerpo del otro, tu sientes la humedad del deseo y la pasión, puedo olerlo, necesito sentirlo, te susurro al oído si quieres que nos marchemos ya de ese lugar donde nos hemos encontrado, tu apoyas tu cabeza sobre mi hombro para decirme que es lo que más deseas.
Ya en esa alcoba nuestras manos se deslizan para despojarnos de las ropas, de nuevo siento ese aroma que desprendes desde tu más íntimo lugar, nuestras bocas se funden una y otra vez, tu lengua se abre camino entre mis labios, mis dedos te acarician, siento tu humedad en ellos, gimes, respiro tu aire, nuestras pieles se erizan, me agito, tu cuerpo vibra y arde, una corriente interior recorre mi cuerpo.
Siento tu calor en mi boca, tú sientes el mío entre tus piernas, recorro tu cuerpo con mis manos, con mi boca, quiero hacerte disfrutar, notas las yemas de mis dedos en tu piel, mi boca, mi aliento, mi lengua, no olvido ni un rincón de tu cuerpo, me recreo tocándolo, acariciándolo, tu excitación cada vez es mayor, y yo lo sé.
Me acerco a tu pubis, lo beso, a tu inglés, abro tus piernas, siento ese aroma ahora más profundamente, de deseo, de excitación, te agito, te rozo, te beso, te devoro, estremeces, suspiras, jadeas, gimes.
Mi lengua experta, rodea donde nace la vida, recorre tus labios, siento tu sexo cada vez más mojado, te penetro, y vuelvo a desandar el camino hasta volver a tu fruto prohibido...
Ya no puedes más, y gritas!!!!
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