Y un día nos asomamos al balcón de otros ojos y, a través de ellos, descubrimos otra forma de ver la vida, otra manera de encontrar la paz, otro camino por donde transitar nuestros pasos, y así, desde ese balcón de otros ojos ya nuestros, casi sin darnos cuenta, lo que realmente descubrimos es cómo se siente aquello que llamamos el amor.
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