Quiero
ser un hombre consciente del privilegio y milagro de la vida, de sentir
que tengo todo el derecho a vivir y disfrutar lo que ella me ofrece.
Quiero ser feliz siendo yo mismo, sin máscaras, sin sentimientos de culpa, conforme a mi vocación, a mi misión y a mis sueños. Quiero tener el coraje de ser y sentirme libre, para elegir mis caminos, vencer mis miedos y temores, y asumir las consecuencias
de mis actos. Quiero tener alegría para reír, para hacer y recorrer mi
camino a la felicidad, para sentir la energía de vivir plena e
intensamente. Quiero sentir que soy un hombre completo, amarme,
reconocer que soy único, irrepetible e irreemplazable; que valgo, porque
en mí han instalado una luz divina, y porque en mi interior hay mucho
para dar. Quiero hacer conciencia de que nadie puede lastimarme a menos
que yo lo permita; que nadie puede agredirme porque no lo merezco.
Quiero ser luz para mi sol, mi familia y mis hijas, porque así, les
ayudaré a crecer, sin miedos y con responsabilidad. Quiero dejar de ser y
sentirme víctima, para retomar o tomar por primera vez en mi vida, la
capacidad de autogobernarme, de ser protagonista de mi historia. Quiero
amar el presente, elegir el futuro y luchar para hacerlo, con el corazón
sin renunciarme, ni cansarme jamás. Quiero recordar el pasado, pero no
vivir en él, para aprender a no cometer los mismos errores. Quiero soñar
con un futuro brillante, lleno de estrellas; sin dejar de vivir y
disfrutar mi presente, teniendo plena conciencia, que lo único seguro,
es el hoy, el aquí y el ahora. Quiero perdonarme mis errores, mis
culpas, mis caídas y liberar la carga, para hacer más liviano mi
caminar, hacia una vida nueva. Quiero, todos los días de mi vida, en
esta dimensión, agradecer cada instante de aliento, cada sonrisa, cada
lágrima, cada amigo que me ha dado la mano en mi peregrinaje; cada
experiencia vivida, que me han hecho ser quien soy, con mis defectos y
virtudes.
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