Todavía recuerdo todo de ti cuando sin esperarte apareciste de repente en mi vida, ese primer mes fue lo mejor que he vivido, aún te extraño y también extraño aquellos primeros encuentros en que parecías enamorada de mi, no digo nada porque ya no me gusta hablar de ti. Quiero olvidarte, pero no es así, esta demás hablar sobre algo que sólo yo podía imaginar. Mi mujer, te llamé así, eras mía y mi mundo tu compañía, nada dolía, pero no supiste amarme como decías. Nuestra historia fue corta para todo lo que soñaba y quería. Sabes voy ha olvidarlo todo, si todo, las noches en que dormías abrazada a mí, el delicioso sabor de tus besos, el perfecto perfil de tu cuerpo, tus pequeños ojos, el sonido de tu voz, los versos que te escribía mientras dormías, todo voy a olvidarlo, porque ya no quiero herir más mis días. Nada era más fuerte y hermoso que tener tu respiración en mi pecho aquellas mañanas. Nunca pensé que lo nuestro terminaría, era inocente y te amaba, más de lo permitido por eso provoque a los dioses, por eso todo fue tan efímero, fuiste mi primer amor, la primera a la que sentí mi mujer, el primer sueño, la primera en todo, así fuiste mi todo. Yo sí, tengo miedo de ti, siento que sólo me encantaste para tu beneficio y que para ti todo había terminado escasamente después de la primera noche que hicimos el amor, me asusta que haya más mujeres en el mundo como tú. Todos mis sueños hubieran sido cumplidos si en verdad alguna vez me hubieras amado, hubieras sido mi vida entera. Tengo ahora en mi memoria esa última noche que te abrace, esos planes que tenía para los dos y que tú nunca estuviste dispuesta a que se cumplieran, el aroma de tu cuerpo que se quedo impregnado en todo mí ser. Hasta que te encontré no había aparecido alguien más que me enamorara, al principio sentía algo extraño, pero pensé que valías la pena, hasta que me di cuenta que sólo me mentías. Creía que por fin contigo todo sería diferente, creí que ya podía ser feliz. Entre tus recuerdos se me confunde el llanto y he perdido las ilusiones. No será fácil vivir sin ti. Sólo cuando tienes que despedir lo que más amas es cuando comprendes que simplemente tienes que seguir, aunque algunos días creas que no puedes más, nadie podrá curar la soledad que se queda en el fondo del alma, esa se queda para siempre y te acostumbras a ella.
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