Mi vida personal se hizo mucho más intensa el día que descubrí que personas sanas mueren de un día para el otro (accidente, crimen, etc.) y que personas enfermas siguen viviendo durante años. Que nadie, en ningún lugar del mundo tiene garantizada la eternidad. Que la muerte es parte inevitable de la vida, y que esa es la alerta que me dice que cada minuto merece ser vivido de la mejor forma. Que ser feliz no es un destino, sino un camino.
Y que en ese camino está el secreto de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario