domingo, 6 de abril de 2014

"CUANDO YO ME VAYA"

Cuando yo me vaya, no quiero que llores, quédate en silencio sin decir palabras, y vive recuerdos, reconfortables en el alma. Cuando yo me duerma, respeta mi sueño, por algo me duermo, por algo me he ido. Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada, y casi en el aire con paso muy fino búscame en nuestra casa, búscame en mis libros, búscame en mis poemas y entre los papeles que escribí inspirado siempre en ti. Ponte mis camisas, mis jerséis, sobre todo ese que me gustaba tanto, puedes usar mi pijama. Te presto mi trozo de la almohada, mi lado de la cama, y cuando tengas frio ponte mis bufandas. Te puedes comer todo el chocolate y beberte el café y el vino que dejé guardado. Escucha ese tema que a mí me gustaba y que tantas veces escuchamos juntos, usa mi colonia y riega las plantas que te compre. Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima, corre hacia el espacio, libera tu alma, palpa la poesía, la música, el canto, y deja que el viento juegue con tu cara. Besa bien la tierra, toma toda el agua y aprende el idioma vivo de los pájaros y de las mariposas. Si me extrañas mucho, disimula el acto, búscame en los niños, en la playa, en mi escritorio, ahí en el sitio donde cuando estabas lejos no dejaba de soñarte. No pronuncies nunca la palabra muerte, a veces es más triste vivir olvidado, que morir mil veces y ser recordado. Cuando yo me duerma, no me lleves flores a una tumba amarga, grita con la fuerza de todas tus entrañas que el mundo está vivo y sigue su marcha. La llama encendida no se va a apagar por el simple hecho de que no esté más. Los hombres que "viven" no se mueren nunca, se duermen de a ratos, de a ratos pequeños, y el sueño infinito es solo una excusa. Cuando yo me vaya, extiende tu mano y estarás conmigo sellada en contacto, y aunque no me veas, y aunque no me palpes, sabrás que por siempre estaré a tu lado. Entonces ese día, sonriente y vibrante, sabrás que volví, para no marcharme.


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