No he podido resistirme durante meses tratando de besarte con mis letras, a que leyeras mis palabras como si salieran de mis labios. He intentado entrar con cada escrito, con cada verso en el desierto de tu alma, pero ha sido morir una y otra vez. He anhelado que con cada silaba sintieras mi caminar por la suave comisura de tu boca, sabiendo, con certeza que igual moriría de amor.
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