A los hombres les suele nacer el amor a través de la piel, después de hacer el amor empiezan a querer cada vez más y más a una mujer. Aunque también los empiezan a perder poco a poco, si no tienen otros recursos para retenerlos. Al principio yo no lo sabía, y me conformaba con verte cada semana unas pocas horas, después no fue suficiente, quise verte en los demás días, en otros lugares y con otra escenografía, buscaba inconscientemente las pruebas para saber si encajabas en mi vida y yo en la tuya. Quizás tú te sentías querida, enamorada y necesitada. Quizá eso que yo te daba, era lo que tú buscabas. Tal vez, al verme feliz y sonriente, te sentías también plena y satisfecha en tu papel de mujer. Qué sé yo si éramos la versión final de una pareja destinada a permanecer unida. Yo solo sé que desde el primer momento que te dije “Te amo” me hice responsable del “nosotros” que se volvió oficial a partir de ese momento. Fui yo el que te regresó la confianza en los hombres y aunque he cometido alguna que otra estupidez no dudes que jamás querría hacerte daño, que solo quiero verte feliz, que sea yo el que te de la felicidad estando juntos para toda la vida.
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