Nunca deberías tener que convencer a alguien de que te ame y quiera estar contigo. Si lo haces puedes provocar el efecto contrario en esa persona, que llegue a odiarte porque se sienta presa y coartada de toda libertad, y la libertad es el bien más preciado que tiene el ser humano, sobre todo la libertad para amar a quien uno desee.
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