viernes, 30 de mayo de 2014

"LOS CHANTAJISTAS"

Todos los chantajistas tienen rasgos en común, “habilidades” que alimentan a su conducta de manipulación o de extorsión. Se nutren del miedo, de la culpa, de la obligación para que la otra persona haga lo que desean. Así, dejan de ver a la otra persona como lo que es y pasan a verla como un mero instrumento al que pueden manipular para conseguir lo que desean sin importarles cómo pueda sentirse esta persona.
En el uso que hacen o intentan hacer de los demás el miedo suele adquirir un papel protagonista: desde miedo a perder al otro hasta ser rechazado, dejar de tener poder o de cambiar. Pero casi siempre, se trata de eso, del “miedo a perder” (algo o alguien). Esto puede tener un origen antiguo, en la niñez, por ejemplo, una suma de muchos traumas, angustias o problemas pasados. También pueden ser la respuesta automática, la reacción para no enfrentar la baja autoestima, la inseguridad, la falta de confianza en ellos mismos, etc.
Podemos decir que cuando una persona comienza a ceder frente a un chantajista, empieza a perder. El precio que se debe pagar puede llegar a ser muy caro. El problema es que no siempre nos damos cuenta de lo que está ocurriendo. Las personas que practican la extorsión hacen sentir al otro: desequilibrado, avergonzado y sobre todo, culpable. La burla, la manipulación y la falta de acción facilitan que la víctima caiga en la emboscada.
Así es como podemos empezar a dudar de la capacidad de mantener nuestras propias promesas, perdemos la confianza en nosotros mismos, los niveles de autoestima van descendiendo y lo peor es que nos dejamos convencer por el chantaje emocional, perdiendo nuestra integridad, independencia, sueños, deseos, etc.
Si bien un chantaje emocional no está considerado como un abuso psicofísico violento, no por ello deja heridas menos profundas, sino todo lo contrario. Cuando convivimos con una persona con estas características, daña lo más hondo de nuestro ser, algo que es más difícil de recuperar que unos cuantos golpes físicos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario