Ha transcurrido mucho tiempo desde que sin buscarnos nuestros caminos se encontraron, tiempo en el que todo aquello que me deslumbro y me enamoro de ella se ha ido difuminando dando paso a días de soledad, angustia y sufrimiento, pero no me he rendido, porque todo aquello que reconocí en ella desde el primer instante que nuestras miradas se sostuvieron se que sigue intacto en su interior. Esa mujer valiente, arriesgada, soñadora, sabedora que es merecedora de amar y sentirse amada por la misma persona a la que ama sigue queriendo ser feliz. Por eso quiero que sea la mujer que puede ser, una mujer consciente del privilegio y milagro de la vida, sintiendo que tiene todo el derecho a vivir y a disfrutar lo que la vida le ofrece siendo ella misma para ser feliz. Sin máscaras, sin sentimientos de culpa, conforme a sus sueños. Con el coraje de ser y sentirse libre para elegir sus caminos, venciendo a sus miedos, asumiendo las consecuencias de sus actos. Sintiendo la energía de vivir intensamente, con la alegría para reír recorriendo su camino a la felicidad. Sintiéndose una mujer completa, que sabe amarse, reconociéndose que es única e irrepetible. Que en su interior tiene mucho para dar. Consciente de que nadie puede lastimarle a menos que ella lo permita, que nadie puede agredirle porque no lo merece.
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