jueves, 20 de agosto de 2015

"QUE DISTINTA ERES"

Que distinta eres a aquel mes de abril donde tu valentía te hacía arriesgarlo todo por el amor. Siempre soñé con una mujer como tú, que de tanto buscarla pensé que sólo era un mito creado por mi imaginación de romántico soñador. Desde que te vi caminar a mi lado como entre las flores en aquella estación, bailando entre las gentes al ritmo de los latidos de tu corazón y el sonido de tus suspiros el mito se hizo realidad. Eras capaz de enamorarme con cada mirada, con cada sonrisa, la mujer idealizada hasta entonces en mis versos y letras dormía dentro de ti esperando ser despertada. Exhalabas un frescor de libertad que me erizaba toda la piel. La primera vez que hicimos el amor en un primer instante cuando te sentaste sobre mis rodillas sentí escalofríos, tenía la impresión de estar ante una loba al acecho pero en realidad eras la mujer más dulce y cariñosa que jamás había conocido. Tu belleza indefinible me agredía la mirada. Me encantaba que cuando pensaba que ya te conocía me sorprendieras una y otra vez. Tu alma libre sin sometimientos me eligió a mí para enamorarme. Con la gracia de tus movimientos, destilando en tu mirada una sensualidad natural, permitiéndome que te acariciara. Tu sabiduría instintiva no saboteaba tu propia felicidad. Misteriosa sabiendo que la vida es incierta viviendo los rituales para ser y hacerme feliz. Apasionada, soñando despierta con insomnio de amor, levantándote junto a mí con el susurro de las mañanas de un día más para celebrar el inmenso misterio de al fin estar viva, moviéndote bella y poética. Eras la más genuina expresión de lo femenino de este mundo. Me fascinaba descubrirte y respetarte. En verdad me ponía un poco nervioso ante ti y me sentía orgulloso cuando caminaba a tu lado. Y cuando pensé que la vida al fin me había dado la oportunidad de encontrar a mi mito y hacerlo realidad, todo lo que eras se escapo de repente como agua entre los dedos.


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