El amor no permite que hablemos de otra cosa, no permite que hagamos otra cosa, pero hay que comenzar poniendo las cosas al revés. Uno no hace el amor, es el amor el que le hace a uno, ese es un buen comienzo. El amor trabajado en ceremonia es magia, el amor consagrado en ceremonia es luz, es como el perfume de la luz, es como el perfume de la flor, aunque sea un flor pequeña puede llenar todo un espacio. Es importante que permitamos que el amor se haga cargo de nuestras vidas.
Respira profundamente, aspira amor, es medicina del alma. La gente se enferma porque no se atreve a amar, o porque no permite que le amen.
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