No tener tiempo para vivir es sinónimo de estar muerto en vida, por eso date tiempo para el silencio, para la música, para hacer lo que amas, para expresar lo que sientes. Mañana quizás no puedas hacerlo, porque tus mandíbulas estarán masticando tierra y tus cabellos dialogando con las raíces. Este es el tiempo de cantar y danzar y celebrar y hacer locuras. Esa es la espiritualidad del tercer milenio, ser tu mismo, esencialmente tu mismo, fundamentalmente tu mismo, prioritariamente tu mismo, decididamente tu mismo, definitivamente tu mismo, invariablemente tu mismo. Tu mismo. Solo tu mismo es suficiente, los demás libretos, guiones, sobran, porque ser tu mismo es ser autentico y el primer requisito para ingresar al paraíso es autenticidad, el segundo es sentido del humor, el tercero haber sido felices en la Tierra, por eso hay tan poca gente en el paraíso.
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