Concédete a ti mism@ el permiso de estar y de ser quien eres, en lugar de creer que debes esperar a que otro determine dónde tú deberías estar, o cómo debería ser. Concédete a ti mism@ el permiso de sentir lo que sientes. Concédete a ti mism@ el permiso de pensar lo que piensas y también al derecho de decirlo. Concédet@ a ti misma @l permiso de correr los riesgos necesarios para tu felicidad. Concédete a ti mism@ el permiso de estar con quien quieres estar y de amar a quien quieres amar.
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