A veces, por falta de decisión, por miedo, o por motivos que utilizamos simplemente como excusa para no actuar ante lo obvio, dejamos pasar el tiempo para una ruptura con nuestra pareja que ya no tiene posible solución, pues o el amor nunca existió o simplemente se acabo.
No nos percatamos que ese tiempo, ese momento de indecisión, de duda, de "ya lo haré mañana" es un pozo sin fondo, y que lo único que puede ocasionar es que algo que podría terminar de la mejor manera posible llegue un día en acabe de la peor manera.
Por una parte, el tiempo perdido nunca vuelve. Y por otra parte, dejamos perder infinidad de oportunidades por esperar ese "momento perfecto" que jamás llega... porque ya pasó. Y lo dejamos perder nosotros mismos.
Aprovecha las oportunidades. Cuando tu corazón ya lo tiene decidido, HAZLO, no lo dejes para mañana, porque mañana ya es tarde, y no solo sufres tu si no que acabaras haciendo sufrir a la otra persona.
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