En la inmensidad de la noche muy cerca del mar, en esta playa tan visitada por el influjo de las estrellas incrustadas como diamantes en el tapiz de una mágica y maravillosa estampa de cielo constelado y nocturnal, el frenesí de sus maravillas descifra el verdadero amor y nos convoca a conjugar en todo sus matices amorosos el verbo amar, inundado de sus horas tan azules y sumergidas en el salitre inmortal.
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