Cuando uno hace cosas buenas, grandes e importantes, se merece lo mejor, y yo no he hecho nada de eso; no sé cómo fue que llegaste a mí, lejos de ser agradecido, y tratar de brindarte el amor que tu deseas y lo bueno que te mereces, a veces me ofusco en reclamarte demostraciones de amor, reniego de mi destino, no sé si es justo pedirte paciencia, pues conmigo ya la has tenido, y mucha. Por eso te pido mil disculpas, disculpas por no ser como te gustaría que fuera, por mi impaciencia, por tratar de demostrarte mi amor de ciertas maneras que a ti no te agradan. Te pido disculpas por mi forma de amarme, disculpas por fijarme en ti, disculpas por no querer irme de tu lado, por no estar hoy contigo cuando tanto me necesitas, perdóname por no alejarme de tu lado cuando pude....
Ha veces comento que construimos una historia de ensueño, aseguro que en ti existe la mujer perfecta, que cualquier mortal se sentiría dichoso de que formases parte de su vida, que eres fácil de amar, que bastaría un minuto para que alguien se fije en ti, que bastaría una sonrisa para llamar la atención de cualquiera, que en tu corazón florecen sentimientos bonitos, y por sentir así, muchos me tildarían de ridículo; pero si eso les parece ridículo, imagínate que dirían si les contará que cuando me levanto en las mañanas, te siento tan cerca que no puedo evitar hablarte, como me llamarían si se enteraran que en las tardes no hago más que buscar a la luna, con la esperanza de que me traiga noticias tuyas, que me dirían si les contará que siempre que estoy en una calle, imagino que tú estás al doblar la esquina y me pongo nervioso, que pensarían si les dijera que hay días como el de hoy, mientras el común de los mortales están disfrutando de sus vidas, yo aquí pensando en ti, escribiéndote, tratando de viajar en tiempo y espacio, para aunque sea sentirte un rato.
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