Un siglo entero te volvería a esperar si tuviera que hacerlo para vivir lo que hoy vivo contigo amándote. Sintiendo el fuego palpitante de esta pasión que está aquí, que sin buscarlo nos halló ese día en que encendimos y apagamos el mundo con nuestros besos, pintando nuestros rostros en la arena con fuego y sal. Simplemente un hombre y una mujer cara a cara perfumando el aire, bailando en la suave espuma del mar. Ahora solo nos queda el soñar fundidos en un abrazo en nuestro lecho, mirándonos aún con los ojos cerrados, contemplándonos en un eterno suspirar y sintiéndonos en cada palpitar.
Si eres un sueño mi amada que seas profundo, porque yo sin ti, vagabundo soy.
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