Su velocidad nos puede producir miedo, su destino nos puede abrumar y su distancia de largo recorrido nos puede interrogar, incluso paralizar, pero hay que subirse.
Si no lo hacemos habremos desaprovechado la oportunidad de vivir a tope afrontando todo lo que encontremos en el camino, no hay mejor manera de vivir que amando y sintiéndose amado por la misma persona.
Sol, lluvia, viento, noche, día, acompañarán ese trayecto y cada momento será una oportunidad de vivir ese amor desde lo que el instante nos presente.
En el viaje no estamos solos, la persona que nos ama y amamos ha tomado el mismo tren y ha optado por ser compañero de trayecto.
Compartirá con nosotros risas, llantos, dudas, ilusiones, y juntos contemplaremos desde la ventana del tren la grandeza de la creación, la importancia de las cosas bien hechas, la recompensa del esfuerzo y la esperanza de lo que encontraremos en cada estación de la vida.
Atrévete a vivir la vida si miedos y sin remordimientos y se valiente en todo. Si encontraste a la persona que esperabas no dejes que se vaya solo en el tren, no dejes pasar el tren del amor, quizás no vuelva a pasar otro, ¿viajamos juntos?
Q hermoso escrito....
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