Son tus acciones, tu falta de madurez y tu poca determinación de renunciar a todo por un plan de vida junto a mí. Nos estamos equivocando ambos, tú al menospreciarme pretendiendo que yo me conforme con lo poco que me ofreces, y yo al menospreciarme aceptando tus migajas. La vida es justa, y el Amor lo es mucho más. Tu no dejas de pedirme que cambie y que si no lo hago vas a dejarme, yo te pido que vuelvas a ser la de antes, la mujer con determinación, seguridad, valiente y arriesgada que me enamoro, tu sí que has cambiado. Has sido y eres la mujer de mi vida, pero si lo nuestro se acaba es que entonces ni fuiste, ni eres, ni serás la mujer de mi vida, por consiguiente habrá cosas que te he dado que tendrán que volver de nuevo a mí, porque he renunciado a muchas cosas, sueños e ilusiones por ti, y tu no has renunciado a nada por mi, porque solo podía y puedo dárselas a la mujer de mi vida. Hace tiempo que no vienes a verme porque la única razón sea estar conmigo, y no son imaginaciones mías porque hasta mis caricias, besos y abrazos rechazas, espero que la próxima vez que quieras que nos veamos sea porque deseas que estemos juntos sin ningún otro motivo que vivir nuestro amor, aunque sea en uno de esos momentos furtivos, y si sientes que no eres capaz de darme lo que con tanta determinación me diste hablemos como hemos acordado. En tus manos y en tu corazón dejo la decisión.
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