Que tan fácil se entrego mí corazón con tan sólo una mirada tuya en aquel anden, una mano entrelazada a la mía, algunas palabras no también elaboradas, con poco tiempo obsequiado a los encuentros, con actos que pertenecen más a la imaginación que a ti.
Tú no te esmeras con los halagos pero esas efímeras palabras mal conjugadas endulzan mi oído y embrutecen mi razón dejándolas entrar como un bello y perfecto verso. Fue tan fácil entregarte mi corazón que te lo he regalado y ahora no sabes qué hacer con él, le brindas poca atención, como culparte a ti de mi debilidad de ese defecto sentimental, sí tu ni tan siquiera eres libre para amar, tan sólo es lo que es, pero ahí está mi mente creativa tornando tus pocas palabras y haciéndote merecedora de mi corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario