El solo hecho de que existas alienta mi corazón y lo impulsa en latidos de amor que no puedo controlar. Me das una estocada tan profunda y mortal cuando me dices que te deje, sabiendo que mi vida es tuya, que mi cuerpo es tuyo. No me castigues con la soledad, con privarme de tus besos, con el roce de tu piel en la mía. Miras de una forma tan intensa, tan desnuda y atrayente que puedes provocarme en un segundo con tu mirada. Mi felicidad depende de ti, de tu cariño, de tus caricias, de sentir que sigues deseándome, te necesito, y necesito hacer el amor contigo, solo contigo. Te amo y te deseo como nunca llegué a imaginar que lo haría. Estás en mi sangre, vives en mi corazón, y moriré si me muestras tu indiferencia.
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