as malas decisiones, incluso cuando las cosas no nos salen bien preguntarnos que hemos hecho para merecer esto o aquello, que hemos hecho mal para que la vida nos trate de esa manera.
Reconoce que tomaste decisiones permanentes en base a emociones temporales, a inseguridades, a impaciencia u orgullo.
Cuando descubras que las buenas decisiones son la llave que te abre a una vida de satisfacciones en todas las áreas de tu vida, y buscas a Dios en la toma de cada decisión, tu presente y futuro será una bendición.
Una vez empiezas a decidir por fe, por esperanza y por amor, toda tu vida empieza a cambiar. De pronto te das cuenta que tu voluntad se convierte en la luz al final del túnel, que si hubieras tenido determinación mucho antes hubieras salido de la oscuridad del túnel, pero que lo que importa es que ya estas saliendo, y que no vale la pena dar un paso atrás que te lleve de nuevo al pasado. Empiezas a reconocerte a ti mismo como una persona llena de valores y cualidades, amado por Dios y dispuesto a encontrar tu pasión, tus sueños, tus ilusiones, tus propósitos de vida. Que las buenas decisiones te abren la puerta a una nueva vida.
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