Cada uno sabe cuanto a recorrido para llegar a donde esta, podemos engañar a los demás, pero no a nosotros mismos, quien dice de esa agua no beberé, más rápido siente sed, e irónicamente aquel que te juzga ha pecado de igual manera que tu o peor.
¿Entonces porque darle todo a aquellos que de ti solo esperan verte caer? Aprende a guardar tu vida para aquellas personas que lo merecen, aprende a aceptar tu camino, reconociendo y aprendiendo de los errores, pero jamás permitas que alguien que de ti solo sabe tu nombre juzgue tu camino y eso te duela. No esperes la aprobación de nadie para ser feliz. ¡Caminaste! ¡Te equivocaste! ¡Aprobaste! ¡Aprendiste! Y eso es suficiente ante Dios, tener la humildad de reconocer los errores es suficiente para descansar el Alma, para creer, para ser feliz a tu manera.
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