¿Dónde está aquella mujer que un siete de abril llego a mi vida, valiente y arriesgada como te proclamabas? Enamorada y dispuesta a enamorarme.
¿No te das cuenta, que la luz que brillaba en tus ojos, se ha vuelto oscura y por varias razones desapareció?
Estoy cansado de luchar, sólo busco paz interior y lo que hallo es inquietud. Mi alma no descansa, mi cuerpo y mente envejeciendo están.
Mírame, has abandonado esta travesía a la que me invitaste para que iniciáramos juntos, y cuando ya me tenías rendido a tus pies me has dejado tirado, no te importa ni lo que siento, ni lo que deseo, solo sabes decirme que haces lo que puedes, pero lo que en verdad siento es que no haces nada.
iSe fuerte, se firme! y toma decisiones de una vez por todas, no puedes seguir teniéndome así, sin nada, sin demostrarme ni una sola vez que me amas como dices amarme, solo palabras ni un solo hecho que me haga creer.
Mis fuerzas se agotan, mi nivel de energía casi está acabado.
Me pregunto una y otra vez, cómo puedes ser tan codiciosa y discutir en vano, como ahora me hablas de que te deje sentir, de que confíe en ti, de que me ha servido todo eso que ya te he dado muchas veces si hemos retrocedido, si no avanzamos.
Sé bien que lo estás pasando mal, que te encuentras en una situación dificultosa; no te rindas por favor, no quiero sentirte mal, pero tampoco quiero que la única solución que vea y sienta que has tomado es alejarte cada vez más de mi.
iNo lo soporto, verte hundida y como me estas hundiendo a mi contigo! No me escuchas, no atiendes a razones, solo sabes decir que tú sabes lo que haces, pero cada vez estas peor y nuestra relación está cayendo en picado, no quieres escuchar la verdad, tú crees saberlo todo y así te va, así nos va. Se humilde y acepta que te equivocas una y otra vez, que las mentiras, los secretos son un arma arrojadiza que está yendo en tu contra, en nuestra contra.
Todo esto tiene un toque especial que es el que mantiene esta nave a flote, puesto que yo te amo más que el primer día que te dije te amo, mucho más, ¿pero dónde está tu amor? ya no lo siento, todo son excusas y pretextos, y ningún hecho.
Una ley apetitosa la que siento yo por ti, una deliciosa mezcla de Amor, contigo he perdido los papeles, por hacer siempre lo que me has pedido, por confiar en ti una y otra vez de que tú sabías lo que hacías, pero me has llevado a un abismo que parece no tener fin, al menos no al que yo soñaba que no era otro que el estar juntos. Nuestra casa necesita tu toque femenino, mi intuición me dice que nunca vas hacer nada, que lo único que te interesa es lo tuyo, los tuyos, y que en nada de eso estoy yo.
Estoy receptivo porque sé que me convienes, porque te amo, pero estoy al límite de la paciencia que me pediste, de esperar por nada. Sufro día a día, cada vez más, con tu indiferencia, con tu ignorarme, con nunca tenerme presente ni en tus prioridades.
No me gusta verte cabizbaja, sin ánimos para nada cuando estás conmigo, y luego ver como regalas lo mejor de ti a otros.
Vives asustada, vives enjaulada en mitad de tanta mentira y tanto secreto, se te olvida coger el aliento de la verdad, te sientes perseguida por el miedo, así nunca saldrás de tus problemas, así acabaras con todo, con lo nuestro, con nuestro amor, incluso con el irreal mundo que te has creado.
iTe prometí, que te esperaría, que tendría paciencia! y aquí estoy, esperando, con más que paciencia, pero tú también me prometiste algunas cosas y no estas cumpliendo ninguna.
Te amo y soy un hombre fiel, de palabra, pero tú no cumples como mujer salvo en contadas ocasiones, y siempre terminas preguntándome ¿Qué hago? Pero luego no quieres escuchar lo que puedes hacer. No dejas de utilizar palabras que solo utilizan los cobardes, no puedo, que puedo hacer. Hace más el que quiere que el que puede, y si no haces, vas acabar con todo lo que hemos construido, con todo lo soñado durante años, con todo lo anhelado, y luego no quieras buscar culpables, no esperes que crea en palabras que ya he escuchado cientos de veces y que no han conducido a nada, tal vez a estar cada día peor.
Me he desvivido por ti, aunque me has rechazado decenas de veces, y solo exiges una y otra vez sin dar nada, has elegido el rumbo de aislarme, de ignorarme, de nunca valorarme, de defender lo indefendible solo para atacarme a mí.
iNo quiero que sufra más mi corazón, tampoco que sufra más el tuyo!
¡Decídete!
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