Un cuatro de abril una estrella brillo en el firmamento
eras mi niña una hermosa flor nacida para mi alegría
ahí estaba yo en el momento de tu primer llanto
no me puedo creer que ya eres una hermosa mujer
que sigue aferrándose a mi brazo cuando paseamos
como cuando lo hacías de mi mano por miedo a caerte.
Desde el primer instante que te tuve entre mis brazos
sentí lo que es el amor a una hija, algo indescriptible
recuerdo como inventaba canciones para que durmieras
o el deseo de que el día pasara rápido para ir a bañarte
sensaciones imposibles de contar solo se pueden vivir
imborrables en mi mente y grabadas en mi corazón.
Hoy te pido perdón por el día que tuve que marcharme
fue la más dura decisión que tomare en toda mi vida
aun eras muy pequeña pero ya demostraste tu entereza
los días se me hacían eternos sin tener tu compañía
cuando nos reencontrábamos con tus mimos y sonrisas
convertías mis días en la alegría de una hermosa primavera.
Siempre fuiste y serás mi tierna y dulce Princesa Polaca
aunque naciste como yo a orillas del mar Mediterráneo
estas siempre en mis plegarias para que el cielo te ilumine
siendo una mujer con honestidad, respetuosa y tolerante
de la misma manera que lo sean contigo y que seas libre
para así decidir con quién estar, que hacer y a donde ir.
Fer Ferrer
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