Huelo a azahar a incienso y a romero y aun trozo de cielo
me embriaga el sonido de las cuerdas de guitarra española
que voy escuchando por las calles de su mar de barrios
me llena la historia en mi caminar y de repente esa Giralda
que me asombra por su belleza y a sus pies esos carruajes
dispuestos a llevarme hasta tu otro emblema la Torre del Oro.
Llega esa feria de abril que se viste de faralá y de mantilla
cambiando incienso por manzanilla en galardonadas casetas
huelo a rosas a ceras y al jazmín en cada rincón de tus calles
presente siempre el Guadalquivir como testigo de amantes
mientras se bailan sevillanas o se escucha cantar flamenco
cuantas cosas tiene esta ciudad para acoger al viajero.
Incluso el calor sofocante que acecha en muchas ocasiones
se hace liviano al poder contemplar a tus mujeres hermosas
con esos ojos negros heredados de tiempos de los árabes
de cabellos color azabache que le dan más aire a su salero
y cuando te hablan con la gracia de ese acento te envuelven
llenando de alegría el alma invitándote a una constante fiesta.
Vestidos de flamenca tus terrazas engalanadas de vivos colores
dando pie al cante,baile, rebujito, finito y el pescadito frito
se respira a esas flores de jazmín, azucenas y claveles floridos
tierra de grandes poetas y de escritores reconocidos en el mundo
que en tu tierra fecunda y llena de luz inspiraron sus poemas
dicen que tienes un color especial y yo lo afirmo querida Sevilla
Fer Ferrer
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