Eres como el sol de cada día, como el ave que canta en las mañanas, la fuerza que recibo, la vida vivo, mi corazón late con la inspiración con la que escribo, el aire que respiro, la luz de la mañana, la dueño de mi corazón y mi alma, la que conforma mi ser, la sangre que fluye por mis venas. Te veo en el cielo, en las nubes, en las hojas que caen de los árboles, en cada puesta de sol, en la luna, en las estrellas. Eres como el ángel que se queda en vela protegiéndome y guiándome. Lo que siento por ti es amor verdadero, Dios lo sembró en mi corazón, eres la felicidad de mi vida, la sonrisa que se dibuja en mi rostro, la luz y el brillo de mis ojos. Cada pensamiento es por ti, mi sonrisa, mi vida, mi corazón, mi alma, mi ser, mis suspiros, mis lágrimas, te los entrego a ti sin ninguna condición. Lo único que le pido, ruego y suplico a Dios
es que jamás me faltes tú, que nunca me falten tus abrazos, tus besos, ni tu presencia, mi corazón siempre te anhela, te necesita porque te ama. Seguro estoy que jamás podría volver a amar así, te amaré eternamente, porque para demostrarte mi amor no bastaría ni el tiempo de toda una vida, así es que te amaré toda mi vida y mucho más. Eres todo en mi mundo.
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