Una mujer necesita a un hombre que camine a su lado, tomados de la mano, no detrás de ella porque llegara un momento que lo perderá de vista, no delante de ella porque no lo podrá alcanzar, ni encima de ella porque se convertirá en un peso. Una mujer necesita alguien que esté a su lado, siempre, todo el tiempo, incondicional.
Una verdadera mujer se merece que la traten como a una princesa, que la protejan como a una niña y la amen como a una dama.
La mujer tiene cualidades que sorprenden al hombre: Sonríe cuando quiere gritar, canta cuando quiere llorar. Llora cuando está feliz, ríe cuando esta nerviosa, ama incondicionalmente, sabe que con un beso y un abrazo puede ayudar a curar un corazón roto. Sin embargo tiene un defecto: A veces se olvida de lo mucho que vale.
Ser mujer es llorar callada los dolores de la vida y sonreír en apenas un segundo, es tropezar, caer y volver a caminar, ser mujer es ser elegida para traer vida al mundo. Ser mujer es ser princesa a los 15, bella a los 20, pasional a los 30, inolvidable y única a los 40, dama a los 60 y hermosa toda la vida. La belleza de una mujer no está en la ropa que lleve, la figura que tenga, o la manera en que se peine.
La belleza de una mujer siempre se ve en sus ojos, porque esa es la puerta a su corazón, el lugar donde el amor reside y muy pocos hombres tienen el don de llegar hasta allí, hasta las profundidades del océano de sus sentimientos.
Por eso ella se enamora del hombre que se quedaría despierto sólo para verla dormir. Del que besa su frente. Del que acaricia su mejilla con ternura. De ese hombre que quiera enseñarla al mundo aún cuando ella está desarreglada y que siempre le parece que está bonita. De aquel que se queda mirándola fijo, como no pudiendo creer que sea tan bella.
Y si, aunque ustedes no lo quieran creer, hay hombres que también sufren por amor, algunos son muy sensibles, aunque lo disimulen muy bien. No todos son unos cavernícolas que sólo piensan en sexo, hay hombres que piensan en "ella", hay hombres que se pasan horas esperando que ella se conecte por el simple hecho de querer saber cómo estuvo su día, si le pasó algo, que necesita, cómo está. Hay hombres que sufren cuando creen que están fallando, cuando creen que hacen las cosas mal y no se perdonarían lastimar el corazón de una dama.
Hay hombres que lloran con el hecho de pensar en que ella se pueda ir.
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