A lo largo de mi vida he conocido muchas mujeres, aprendí muchas cosas de las mujeres y otras muchas que aún no he aprendido ni aprenderé, porque ahí está la magia de una mujer, en poder ser tan iguales y a la vez tan diferentes, ese es el gran misterio. Pero si hay algo que puedo decir que he aprendido de las mujeres es que cuando te topas con una de más de treinta años, cuando te dice su edad, significa que es capaz de todo. Significa que no le gusta todo o nada, que no está para medio amar y mucho menos para que medio la amen. Una mujer de más de treinta es una loca de amor, que cambia la cordura por ser feliz. Ni luz, ni oscuridad, ni ángel ni demonio, simplemente felizmente treintañera.
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