Ahora que te vas alejando de mí poco a poco, me has dejado sin el cielo, me has dejado en el incierto infierno, ya veo que para ti todo es efímero, ahora las nostalgias son un vicio y tú estás en todas ellas, tengo que decirte que te amo, que te deseo como se desea el sueño en medio del desvelo, que te necesito como se suplica el viento fresco en el desierto, tengo todos tus recuerdos metidos en el cuerpo, acumulados en sentimientos, forjando lo más tierno de lo vivido, sacudiendo mi alma, pero aun ni así consigues que no te ame mas. Sé que adivinas lo que pienso, que sonríes cada vez que te escribo y te siento muy adentro cuando suspiro, no te vas de mí porque sigues contenida, complementando los motivos de porque te amo. Dime como es ahora el cielo sin mí, quiero saber si ahora todo es mejor, quiero saber si en tus ojos conservas esa breve emoción de aquel día en el andén la primera vez que nos vimos, esa mirada que me hablaba de la eternidad, quiero asegurarme de que tú allá sigues siendo única. Te amo aún mas que cuando te necesito, estas escondida entre mi desvarío y el oxigeno, como fuego y como sueño, me acaricias y no te puedo ver, ahí es donde me quiebra el dolor, el no poder mirarte confunde mi razón, y te amo con orgullo y sin temor, con el suplicio de la pasión y con tinte de consideración, te amo con efusión, como se disfrutan los orgasmos, como se viven los sentimientos, como se agradece el tiempo, como tú me enseñaste a amarte, inadecuada y estúpidamente te amo, nada más porque mereces lo bueno que aún puedo darte.
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