Ya he perdido la cuenta de cuantas noches hace que te extraño en la almohada de mi alma y de nuestra cama, te busco en cada amanecer de mis deseos por que el sentimiento es uno y el roce de tu piel me produce sensaciones, porque desde lejos trato de sentirte aunque tú no haces nada para ello, te pretendo y cuando no te veo se me hiela el alma. Estiro mis brazos en la noche para buscarte y acariciarte, y no te encuentro. Si pudieras entender que cambiaste mi vida, pero que mendigo de amor no quiero ser y tenerte que pedir limosnas de tu cariño, no quiero problemas con nuestro amor, cuantas veces he dejado volar mi mente imaginando cosas diferentes, y poder complacerte en el mundo de mis sueños, cuantas madrugadas solo esperando tus manos que me acaricien, sentir el roce de nuestros labios, y aunque nuestros ojos no se miren, nuestros labios no se besen, nuestras manos no se acaricien siempre, mis escritos y mis versos tratan de hacer sentir vivo este amor a cada instante.
¿Y tú que eres la que decides la ausencia de esas caricias, de esos besos que es lo que haces para mitigar mi tristeza y ansiedad de no tenerte en mis brazos?
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