Nadie tiene poder sobre mí, nadie determina mis pasos, nadie dispone de mi libertad. Yo establezco mis propias reglas, soy dueño de mi historia, patrón de mi existencia. Vivo en gratitud gracias al positivo pensamiento, sueño y eso es genial, me despido del pasado, abrazo el presente y moldeo a mi gusto el futuro. La fe es mi fuente de energía, primera en mi jerarquía, opto por los desafíos, por los retos, me enfrento a ellos sin miedo, sin temor. Me intereso por lo desconocido, en mi mente la curiosidad siempre ha vivido. Por eso, yo escribo mi destino, porque así lo he decidido.
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