miércoles, 12 de noviembre de 2014

"PERDIDO EN EL TIEMPO"

En ocasiones he sentido estar perdido en el tiempo, como que no me sentía en el presente que me tocaba vivir, sino en los recuerdos de otra vida anterior, una vida que me toco vivir en otros tiempos. Y mi mente como si fuera una máquina del tiempo, me transportaba encantado por viajar a las épocas del romance. Queriendo y anhelando vivir un amor salvaje, de momentos inolvidables como el de Liu Guojiang y Xu Chaoqin, en el que el cabo a mano más de seis mil gradas para que ella pudiera bajar de la montaña, a la que se fueron a vivir su amor a una cueva para evitar los desprecios de las gentes. Un amor con motivos para luchar, porque me gusta vivir en las pasiones.
He sentido que no encajo en la época, que soy un pequeño universo inspirándose del ayer, de una historia como la de “Romeo & Julieta” y canciones románticas y boleros.
Me he sentido una especie de romántico incurable, queriendo la gloria y el pecado en un amor inolvidable. Siempre me he definido como alguien que nació romántico, morirá romántico y si volviera a nacer elegiría ser romántico. Siempre alérgico a los amores superficiales, y aquí en el hoy el corazón no es visto en un escaparate. Es como si la vida se hubiera equivocado conmigo, que a veces hasta me he sentido pena de pensar así. Siempre pensé encontrar un amor que me perdiera, que me prometiera la eternidad, de esos que nos muestran en el cine, convirtiendo todas las historias en un final feliz, haciendo que anhelemos eso, lo que es escaso, para irlas a ver todas. Tanto es así que creí que algún día iba a encontrar ese amor, esa persona con la cual coincidiera en compartir ese mismo deseo de vivir la misma historia, pero a veces prefería creer que nunca tuvimos la oportunidad de coincidir en la misma hora de la función, para no dejar de creer en ella. Aunque ya estaba cansado, de esperar y no encontrar. Todo lo que quería era un amor con promesas que no tuvieran tiempo, y que su compañía hiciera que el silencio y la oscuridad me dejarán de molestar. Pero parecía que a pesar de los tantos intentos que experimente en la vida, por querer uno así, no había nadie más que yo.
Y cuando ya me había dado por vencido, cuando ya pensaba que eso del Amor, al menos de la manera que yo lo entiendo no era para mí. Y cuando había dejado de buscar, de esperar, llega ella, valiente, atrevida, arriesgada, osada, y hace que me enamore perdidamente, consigue en una noche de hoy hace seis meses lo que nadie había conseguido antes. Pero la vida, esta vida que me está tocando vivir, se ensaña con su más vil crueldad sobre mí. Ella no es una mujer libre, y aunque nos amamos como pocos pueden decir que se aman o se han amado, al menos a día de hoy se hace imposible que estemos juntos, que seamos felices, pero no me rendiré, porque ella se ha convertido en mi todo, y juntos ha de llegar el día que volemos a ese lugar que a ella le gusta llamar el fin del mundo.



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