Mis demonios me dicen que cómo es posible amar tanto a una mujer, y yo solo les digo que no es una simple mujer, es la mujer dueña de mi alma, de mi espíritu, de mi corazón y de mi mente, ella lo es todo para mí, es mi todo. Con mis manos vacías, con mi mente repleta de ilusiones, sin nada más que ofrecer que letras que destilan mi corazón y mi alma para ella, para la mujer de mi vida.
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