Cada vez que nos encontramos nos perdemos, juntos viajamos a otra dimensión. Se nos pierden las palabras, los ojos, los suspiros, la noción del tiempo, la vida, el mundo, los besos, las caricias, los deseos, incluso tu en mí y yo en ti, en tus ojos, en tu todo. Me pierdo tanto que cuando no estás nos soy capaz de encontrarme, por eso sospecho que eres mi sublime perdición. Pero ahora tu ausencia me tiene perdido, no sé cuánto tiempo más voy a soportar esto, no me queda mucho tiempo para esperar con los brazos cruzados, como dice el dicho, de perdidos al río.
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