Deja que se vayan las lagrimas, a veces son tantas que piensas que te vas ahogar en ellas, pero eso nunca ocurrirá, no se quedan demasiado tiempo, cumplen con su misión y luego siguen su camino, son el agua que limpian y aclaran, como la lluvia, todo se ve distinto después de una tormenta, las lágrimas lubrifican el Alma.
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