Cada vez que te vas del que se supone es nuestro hogar, me quedo apoyado en el marco de la puerta viendo tu andar, no puedo apartar mis ojos de tu espalda, del contoneo de tus caderas de Diosa, de esas nalgas de las que no puedo apartar mi mirada, estoy desnudando tu sombra mientras clavas mi perversión en tu sonrisa, me gustas, créeme que me fascinas, encuentro en tu placer la maravilla de tu ser. Eres eso que conmueve a mis ganas, lo que inquieta mis ansias, te devoró entre besos y miradas, te tengo en mi profundo ser y te miro tan desnuda, tan mujer y tan perfecta, eres imposible y mi vicio. Bésame justo en el momento en que muero, déjame sin aliento, cuerpo y piel sin más movimiento, deseos y sentimiento, que cuando me llegue el sueño tendré la inspiración de tus besos, mi lienzo será tu sexo y la tinta será el veneno que dejas en mi tiempo, tu aroma será mi remedio y no tendremos más opción que hacernos un momento de intimidad y deseos. Te miro y voy desnudando tus dudas, pisando los miedos, haciéndote literatura, amándote en silencio, hablándote con la mirada, deseándote en mi último intento, porque eres el motor de cada madrugada, una buena razón para creer que te amaría eternamente. Deja que te respire entre orgasmos y besos, entre cansancio he inconsciente, porque me matas pero me revives, porque quiero creer que me amas y quiero tenerte desnuda y amarte por siempre.
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