Dicen que las palabras se las lleva el viento, pero en realidad las palabras tienen el poder de curar o herir. Hay personas que son incapaces de comprender esto, que hablan y hablan con la la boca cargada de soberbia, altivez, envidia, orgullo, vanagloria, ignorancia y tanta maldad que con el tiempo esa voz se hace hasta molesta de escuchar, la dulzura en la voz no está en el tono, está en lo que expresa, la sabiduría, el conocimiento, el respeto y amor con la que se llega a referir, si la gente supiera el poder que tienen sus palabras, si lograran comprender que las burlas, juicios, criticas y menosprecios que lanzan hacia los demás será lo que ellos mismos reciban en sus vidas más pronto que tarde, darían mucho más valor a su silencio, pero sobre todo darían más respeto y amor en sus palabras, es de sabios reconocer que las palabras dichas son el imán que atrae las bendiciones o las desgracias a nuestras vidas.
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